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Autoría es exactamente
Masson
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[Combate de Somah]
Ilustración que muestra la retirada de Somah durante el sitio de Constantino el 24 de noviembre de 1836, durante la cual el comandante Changarnier (1793-1877), representado a caballo en medio de su batallón, repelió el ataque árabe. En dos filas a la izquierda avanzan los soldados franceses, en primer plano, uno de ellos se desploma mientras que el segundo perfora el pecho de un jinete árabe cuyo caballo se desploma. Al fondo del cuadro, un tumulto general: soldados franceses y árabes confundidos, ahogados en nubes de pólvora que delatan la amargura de los combates. Horace Vernet dibujó el cuadro después de escuchar al general Changarnier relatar los sucesos de este día memorable. -
[Pedro I]
Rey de Castilla y León (Burgos, 1334 - Montiel, La Mancha, 1369). Era hijo de Alfonso XI, a quien sucedió en 1350. El comienzo de su reinado estuvo marcado por la debilidad del poder real frente a las facciones que se disputaban el poder: los diversos hijos bastardos que había tenido Alfonso XI con Leonor de Guzmán, los infantes aragoneses primos del rey y la reina madre, María de Portugal. Inicialmente controló el poder la facción de la reina madre y del favorito Juan Alfonso de Alburquerque, que reorientó la política exterior hacia la alianza con Francia, para cimentarla, se concertó el matrimonio del rey con Blanca de Borbón (1353). Pero por entonces el rey era ya amante de María de Padilla, por la que abandonó a su esposa tres días después de la boda, haciéndola encerrar en el Alcázar de Toledo, con ello provocó la ruptura con Francia, la caída de Alburquerque y el estallido de una rebelión en Toledo, que pronto se extendió a otras ciudades del reino. La insurrección contra el autoritarismo real aunó a la nobleza con las oligarquías municipales, reclamando ambas mayor participación en el gobierno del reino, al frente de la misma se situaron el propio Alburquerque (muerto poco después) y don Enrique de Trastámara (el futuro Enrique II de Castilla, uno de los bastardos de Alfonso XI). El rey fue obligado a ceder, quedando confinado en Toro, pero pronto consiguió escapar y recuperar la iniciativa, comenzando una guerra civil que sólo terminaría con la muerte del monarca. A medida que fue tomando ciudades, fue ejecutando en represalia a la mayor parte de los sublevados, con la excepción de don Enrique, que consiguió refugiarse en sus tierras de Asturias. La guerra civil se transformó en guerra exterior desde que Pedro I de Castilla atacó a Pedro IV de Aragón (1356), al tiempo que Inglaterra se alineaba con los partidarios de don Pedro y Francia con los de don Enrique, en el marco de la Guerra de los Cien Años que enfrentaba a ambos países. Durante la tregua conseguida por la Paz de Terrer (1361), muertas tanto la reina (se sospecha que asesinada por orden del rey) como María de Padilla, don Pedro proclamó herederos suyos a los hijos que había tenido con esta última, a los que declaró descendientes legítimos. La guerra se reavivó en 1362, con suerte favorable para el rey castellano, que llegó a cercar Valencia. -
D. Juan I
Juan I Rey de Castilla (Épila, Aragón, 1358 - Alcalá de Henares, 1390). Sucedió en 1379 a su padre, Enrique II, quien había accedido al Trono mediante una guerra civil y había intentado consolidar su posición prodigando mercedes entre los nobles. Fue Juan I quien asentó definitivamente en Castilla la dinastía de Trastámara, al tiempo que ponía coto a los privilegios de la nobleza, acrecentados durante el reinado de su padre. En colaboración con las Cortes, reorganizó la Monarquía con la creación del Consejo Real (1385). Heredó de su padre los compromisos exteriores que ligaban a Castilla con Francia en la Guerra de los Cien Años y en el conflicto eclesiástico conocido como el «Cisma de Occidente». La flota castellana siguió colaborando con la francesa en los ataques contra Inglaterra, pero ésta reaccionó lanzando a Portugal contra Castilla en apoyo de las pretensiones al Trono de Juan de Gante, duque de Lancaster (casado con una hija de Pedro I de Castilla). Juan detuvo la ofensiva e invadió Portugal, casando con la heredera de aquel reino (1383), posteriormente intentaría hacerse con el control de Portugal, pero hubo de desistir tras ser derrotado en Aljubarrota (1385). Los ingleses aprovecharon aquel momento de debilidad para invadir Galicia, pero Juan detuvo su avance hacia la meseta y les hizo firmar la Paz de Bayona (1387). Murió al caer de un caballo y le sucedió su hijo Enrique III (otro hijo suyo, Fernando I, fue rey de Aragón). -
D. Fernándo 7
Fernando VII fue rey de España desde el 19 de marzo de 1808 hasta el 6 de mayo del mismo año y desde el 4 de mayo de 1814 hasta el 29 de septiembre de 1833. El noveno de los catorce hijos de Carlos IV y de María Luisa de Parma. Ocho de sus hermanos murieron antes de 1800. En 1802 contrajo matrimonio con María Antonia de Nápoles, que lloró de desesperación al verle por primera vez, su suegra describía a Fernando como "de horrible aspecto", aludiendo a su gordura (llegó a pesar más de 100 kgs.), su voz aflautada y su carácter apático. Con el tiempo su esposa le tomó afecto, pero la princesa falleció en 1806. Se puso secretamente en contacto con Napoleón y le pidió una princesa de su familia por esposa, hasta que la trama fue descubierta y dio lugar al proceso de El Escorial (octubre 1807-enero 1808). Solo dos meses más tarde el motín de Aranjuez alcanzaba pleno éxito: Godoy fue destituido, Carlos IV abdicó en su hijo y Fernando VII comenzó a reinar (19 marzo 1808), en medio del entusiasmo popular, ya que se le consideraba como una víctima del odiado Godoy, de quien se temía incluso que pretendiera suplantarle en el trono. Fernando VII, junto a toda la familia real, fue atraído a Bayona por Napoleón Bonaparte, quien le forzó a renunciar a la Corona esa en su favor. Napoleón nombró rey de España a su hermano José, quien reinó hasta 1814 con el nombre de José I. Durante la guerra de la Independencia, el Consejo de Regencia, reunió Cortes en Cádiz (1810) y se declaró "único y legítimo rey de la nación esa a don Fernando VII de Borbón", así como nula y sin efecto la cesión de la Corona a favor de Napoleón. En 1814, Fernando VII regresó a España. Un grupo de diputados, le presentó el denominado Manifiesto de los Persas, en el que le aconsejaban la restauración del sistema absolutista y la derogación de la Constitución elaborada en las Cortes de Cádiz (1812). -
D. Fernándo 6
Fernando VI de España, llamado «el Prudente» o «el Justo» (Madrid, 23 de septiembre de 1713-Villaviciosa de Odón, 10 de agosto de 1759), fue rey de España desde 1746 hasta su muerte. Fue el tercer hijo de Felipe V y de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya. Se casó en la Catedral de San Juan Bautista de Badajoz con Bárbara de Braganza en 1729, que fue reina de España hasta su muerte en 1758. Comenzó su reinado eliminando la influencia de la reina viuda Isabel de Farnesio y de su grupo de cortesanos italianos, de tiempos de su padre conservó, sin embargo, al marqués de La Ensenada como secretario de Hacienda, Marina e Indias, equilibrando su poder con el nombramiento de José de Carvajal para la Secretaría de Estado. La pugna entre ambos terminó en 1754, al morir Carvajal y caer Ensenada, pasando Ricardo Wall a ser el nuevo «hombre fuerte». La política exterior de Fernando VI se orientó a conservar la paz, liquidando el belicismo del reinado anterior, con ello se pretendía reducir el peso de los gastos militares y concentrar las energías sobre el desarrollo interior. Terminada la Guerra de Sucesión austriaca (1740-48), España no intervino en nuevos conflictos. Antes al contrario, la Monarquía buscó su lugar en el equilibrio europeo firmando acuerdos con Portugal (Tratado de Límites, 1750) y con Inglaterra (Convenio de Compensación, 1750, Tratado de Aranjuez, 1752).Los peligros de la situación italiana se conjuraron concertando una alianza matrimonial entre la hermana de Fernando VI y el heredero del Trono de Saboya (1750) y un tratado defensivo con Austria y Saboya (1752). El estallido de la Guerra de los Siete Años (1756-63) no desvió a España de su posición neutral, resistiendo las ofertas que hicieron tanto Francia como Inglaterra para intervenir en la contienda. -
Da. Isabel 2
Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» o «la Reina Castiza» (Madrid, 10 de octubre de 1830-París, 9 de abril de 1904), fue reina de España entre 1833 y 1868, gracias a la derogación del Reglamento de sucesión de 1713 (comúnmente denominado «Ley Sálica» aunque, técnicamente, no lo fuera) por medio de la Pragmática Sanción de 1830. Esto provocó la insurgencia del infante Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII y tío de Isabel II, quien, apoyado por los grupos absolutistas (los denominados «carlistas») ya había intentado proclamarse rey durante la agonía de Fernando. Isabel II reinó durante un período de transición en España en el que la monarquía cedió más poder político al parlamento, pero puso continuas trabas a la participación de los ciudadanos en asuntos de gobierno. En el terreno de la lucha por las libertades democráticas su reinado fue un fracaso, también se falsearon las instituciones y se propagó la corrupción electoral. Ningún partido que hubiera organizado unas elecciones las perdió en ese periodo. Si hubo cambios fue por la interferencia de una casta militar que cambiaba gobiernos a base de pronunciamientos o golpes de estado de uno u otro signo. Según autores como Jesús Cruz, el reinado de Isabel II se podría catalogar como uno de los más corruptos en la historia de España. -
D. Luis 1
Luis I de España, llamado «el Bien Amado» o «el Liberal» (Madrid, 25 de agosto de 1707-ibídem, 31 de agosto de 1724), fue rey de España desde el 15 de enero de 1724 hasta su muerte 229 días después, lo que convierte a su reinado en el más efímero de la historia de España. Era el hijo mayor de Felipe V y María Luisa de Saboya. Este reinado relámpago fue intrascendente por su brevedad y porque, en realidad, no se gobernaba tanto desde Madrid (corte de Luis I), cuanto desde el Real Sitio de La Granja (en la localidad segoviana de San Ildefonso), la otra corte paralela de Felipe V y de su mujer Isabel de Farnesio, pues Luis I se ocupaba únicamente de fiestas con sus amigos. Su padre volvió al trono después de su muerte y la reina viuda Luisa Isabel fue enviada de regreso a Francia, puesto que su estancia en España era inútil y gozaba de pocas simpatías en la Corte esa. No tuvieron descendencia. -
D. Carlos 4
Carlos IV de España, llamado «el Cazador» (Portici, 11 de noviembre de 1748-Nápoles, 19 de enero de 1819), fue rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808. Hijo y sucesor de Carlos III y de María Amalia de Sajonia. Accedió al trono poco antes del estallido de la Revolución francesa, y su falta de carácter solía hacer que delegase el gobierno en manos de su valido, Manuel Godoy, de quien se decía que era amante de su esposa María Luisa de Parma, aceptado como cierto por historiadores como Balansó o Zavala, mientras negado por otros, ya que no ha podido ser demostrado. La Revolución Francesa de 1789 marcó su reinado, pero eso no le impidió seguir con la línea de reformas ilustradas, impulsadas tanto por el monarca como por Godoy, truncado por la injerencia napoleónica y la inestabilidad interna que esta provocó. Napoleón dispuso el traslado de Carlos al palacio de Compiègne, a 80 km al norte de París. Nunca regresó a España. Al poco tiempo, el rey solicitó poder establecerse en Niza, pues el clima de la Picardía acentuaba los sufrimientos causados por la gota que le aquejaba desde hacía años. El emperador acepta el traslado, aclarando que el mismo se produce «por propia cuenta del rey», incumpliendo las promesas de compensaciones económicas hechas al monarca. No encontraron los reyes eses acomodo en Niza, y agobiados por las deudas, se establecen en Marsella. Pero no pasará mucho tiempo hasta que Napoleón mande a Carlos, su esposa y su corte, al palacio Borghese de Roma, en donde se instalarán en el verano de 1812. Al caer Napoleón en 1814, Carlos y María Luisa se trasladan al palacio Barberini, también en Roma, donde permanecerán casi cuatro años viviendo de la pensión que les enviaba su hijo Fernando, quien ya repuesto en el trono de España, negó a sus padres el retorno. Carlos viajó a Nápoles para visitar a su hermano Fernando I de las Dos Sicilias y encontrar alivio a la gota que le atormentaba, dejando en Roma a su esposa postrada en la cama con las dos piernas rotas y un estado de salud extremadamente deteriorado. Tras haber recibido la extremaunción el uno de enero de 1819, muere al día siguiente María Luisa de Parma. Cuando Carlos, informado del fallecimiento de su esposa, se disponía a volver a Roma el 13 de enero, se vio acometido por un ataque de gota con fiebre del que no se recuperaría, muriendo apenas seis días después, el 19 de enero de 1819. -
Carlos 3
Carlos III de España, llamado «el Político» o «el Mejor Alcalde de Madrid» (Madrid, 20 de enero de 1716-ibídem, 14 de diciembre de 1788), fue duque de Parma y Plasencia entre 1731 y 1735, rey de Nápoles y rey de Sicilia de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte en 1788. Carlos era el tercer hijo varón de Felipe V que llegó a la vida adulta y el primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel Farnesio, por lo que fueron sus medio hermanos Luis I y Fernando VI quienes sucedieron a su padre en un primer momento. La muerte sin descendencia de estos llevaría a Carlos a ocupar el trono es. Carlos sirvió a la política familiar como una pieza en la lucha por recuperar la influencia esa en Italia: heredó inicialmente de su madre los ducados de Parma y Plasencia en 1731, pero más tarde, al reconquistar Felipe V el Reino de Nápoles y Sicilia en el curso de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), pasó a ser rey de aquellos territorios con el nombre de Carlos VII. Contrajo matrimonio en 1738 con María Amalia de Sajonia, hija de Federico Augusto II, duque de Sajonia y de Lituania y rey de Polonia. Tras los fallecimientos de Luis I y de Fernando VI sin descendencia, el trono de España pasó a Carlos III, tercer hijo varón de Felipe V y primero de su matrimonio con Isabel Farnesio, con gran experiencia de gobierno como rey de Nápoles. Regresó a Madrid el 9 de diciembre de 1759 e introdujo, por primera vez en España, el Derecho divino como fuente y justificación de su soberanía regia. Fray Sebastián de Jesús de niño le pronosticó que iba a ser rey. Carlos III a su fallecimiento promovió el proceso de beatificación, mediante una carta dirigida en mayo de 1771 al cardenal arzobispo de Sevilla, Francisco de Solís. Cuando el rey murió en 1788, terminó la historia del reformismo ilustrado en España, pues el estallido casi inmediato de la Revolución francesa al año siguiente provocó una reacción de terror que convirtió el reinado de su hijo y sucesor, Carlos IV, en un periodo mucho más conservador. En seguida, la invasión francesa arrastraría al país a un ciclo de revolución y reacción que marcaría el siglo siguiente, sin dejar espacio para continuar un reformismo sereno como el que había desarrollado Carlos III. Entre los aspectos más duraderos de su herencia quizá haya que destacar el avance hacia la configuración de España como nación, a la que dotó de algunos símbolos de identidad (como los que en el futuro se convertirían en su himno y su bandera nacionales) e incluso de una capital digna de tal nombre, pues se esforzó por modernizar Madrid (con la construcción de paseos y trabajos de saneamiento e iluminación pública) y engrandecerla con monumentos (de su época datan la Puerta de Alcalá, el Museo del Prado —concebido como Gabinete de Historia Natural—, el hospital de San Carlos o la construcción del nuevo Jardín Botánico, en sustitución del antiguo de Migas Calientes) y con edificios representativos destinados a albergar los servicios de la creciente administración pública. El impulso a los transportes y comunicaciones interiores (con la organización del Correo como servicio público y la construcción de una red radial de carreteras que cubrían todo el territorio es, convergiendo sobre la capital) ha sido, sin duda, otro factor político que ha actuado en el mismo sentido, acrecentando la cohesión de las diversas regiones esas.17 Estas son solo algunas de las razones por las cuales Carlos III fue conocido como el «mejor Alcalde de Madrid».