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Materia es exactamente
Tauromaquia
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Torero Picador, Torero Espada
Imagen cromolitografiada, contiene dibujo de dos toreros. Torero Picador que en tauromaquia es como se denomina al torero a caballo que pica (del verbo picar) con la llamada vara de detener —pica, garrocha o rejón— a los toros durante una corrida de toros. También eran llamados varilargueros, hulanos, lanceros o piconeros. El picador desarrolla la suerte de picar en el denominado tercio de varas, el primero de los tercios en los que se divide la lidia. La función de picar es la de ahormar al toro —es decir cambiarle la conducta— con la intención de templar la velocidad, la violencia en la acometida y el ímpetu que tiene el toro al salir al ruedo, consiste en aplicar la vara de detener sobre el morrillo del toro causando una herida denomina puyazo. El oficio que desarrolla el picador tiene gran relevancia para el desarrollo posterior de la lidia pues el objetivo de la suerte de varas es apreciar la bravura o la carencia de ella en el toro. El torero Espada en tauromaquia es la espada empleada para dar muerte al toro al final de la lidia. Se diferencia de esta en que generalmente no puede cortar con el filo de la hoja, pero sí puede perforar con la punta. Debido a esto, la hoja es mucho más estrecha y algo más larga que la de una espada convencional. -
Torero Picador, Torero Espada
Imagen cromolitografiada, contiene dibujo de dos toreros. Torero Picador que en tauromaquia es como se denomina al torero a caballo que pica (del verbo picar) con la llamada vara de detener —pica, garrocha o rejón— a los toros durante una corrida de toros. También eran llamados varilargueros, hulanos, lanceros o piconeros. El picador desarrolla la suerte de picar en el denominado tercio de varas, el primero de los tercios en los que se divide la lidia. La función de picar es la de ahormar al toro —es decir cambiarle la conducta— con la intención de templar la velocidad, la violencia en la acometida y el ímpetu que tiene el toro al salir al ruedo, consiste en aplicar la vara de detener sobre el morrillo del toro causando una herida denomina puyazo. El oficio que desarrolla el picador tiene gran relevancia para el desarrollo posterior de la lidia pues el objetivo de la suerte de varas es apreciar la bravura o la carencia de ella en el toro. El torero Espada en tauromaquia es la espada empleada para dar muerte al toro al final de la lidia. Se diferencia de esta en que generalmente no puede cortar con el filo de la hoja, pero sí puede perforar con la punta. Debido a esto, la hoja es mucho más estrecha y algo más larga que la de una espada convencional. -
Huida de los toros pegajosos
La imagen pertenece a una serie que se publicó a modo de manual de consejos sobre la mejor manera de hacer frente a los toros, Estampas de La Tauromaquia de José Delgado (Pepe-Hillo) / por Antonio de Horna. Se complementaba con un breve diccionario de voces y expresiones en relación con la fiesta taurina. La edición original reproduce treinta estampas (1. colocación de los picadores, y retirada del alguacil - 2. primera suerte de picar - 3. acción de llamar al toro por detrás - 4. suerte de picar al toro atravesado - 5. modo de esperar los toros aplomados - 6. huida de los toros pegajosos - 7. suerte de picar de rejoncillo - 8. modo de derrivar a la falseta - 9. modo de enlazar los toros desde el caballo - 10. primera suerte de capa con los toros boyantes - 11. segunda suerte con los toros que se ciñen - 12. tercera suerte con los toros de sentado - 13. quarta suerte con los toros temerosos - 14. quinta suerte con los toros temerosos - 15. suerte de recorte - 16. suerte de espaldas - 17. suerte a la navarra - 18. modo de poner las vanderillas [sic] a media vuelta - 20. modo de presentar la muleta al toro - 21. suerte de pasar la muleta - 22. pase de muleta de pecho - 23. suerte de matar - 24. suerte de matar a vuela-pies - 25. modo de descabellar - 26. modo de acachetar - 27. lanzada a pie - 28. modo de mancornar un toro - 29. modo de sacar el toro muerto de la plaza - 30. instrumentos de torear) -
Vue des coursse Espagnol dans la grande Place Mayor a Madrid
Las vistas ópticas estuvieron muy de moda en el siglo XVIII, grabados fundamentalmente en plancha de cobre, hechos para ser vistos a través de una "caja óptica" (con inversión del texto y la imágen), que constaba de un espejo inclinado y una gran lente, para poder ver las estampas. La plaza Mayor está situada en el centro de Madrid, en el barrio de Sol, junto a la calle Mayor y a 300 metros de la Puerta del Sol. Los inicios de la plaza se remontan al siglo XVI, cuando en la confluencia de los caminos de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este sitio, conocido como «plaza del Arrabal», el mercado principal de la villa. En esa época se construyó una primera casa porticada, o lonja, para regular el comercio en la plaza. En 1560, tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera. Ese mismo año se inició el derribo de las «casas de manzanas» de la antigua plaza. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quien concluirá la plaza en 1619. La plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631. El mismo Juan Gómez de Mora se encargó de las obras de reconstrucción. El segundo incendio ocurrió en 1670, y fue el arquitecto Tomás Román el encargado de la reconstrucción. El último incendio, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790. Sabatini dirigió las labores de extinción, y se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, quien rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854. Tras la muerte de Villanueva, fueron continuadas por sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno. En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca que data de 1616. En 1880, se restauró la Casa del Pan, Joaquín María de la Vega se encargó del proyecto. En 1921 se reformó el caserío, trabajo a cargo de Oriol. En 1935 se realizó otra reforma, llevada a cabo por Fernando García de Mercadal. En la década de 1960 se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado, sustituyó la teja árabe de los tejados por pizarra y habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. La última de las actuaciones en la plaza Mayor, llevada a cabo en 1992, consistió en la decoración mural, obra de Carlos Franco, de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles.