Pieza cilíndrica, más estrecha hacia la boca, le falta el mecanismo de cierre, la cureña es de hierro y de dos ruedas, que no son las originales de la pieza; las que tiene son de madera.
Cañón de avancarga pequeño, de forma alargada, presenta faltantes en el extremo anterior, con un avanzado grado de deterioro, faltante también de los muñones, tiene 2 cm de calibre.
Forma cilíndrica, de forma tubular, cuyo diámetro se asemeja al largo; como punto de apoyo presenta dos piezas cilíndricas, colocadas de forma opuesta, que parten del cuerpo del mortero (muñones). Está ornamentada a relieve. La base en que se apoya (afuste) también es de bronce y no tiene ruedas.
Formas cilíndricas, de forma tubular, cuyo diámetro se asemeja al largo; como punto de apoyo presentan dos piezas cilíndricas, colocadas de forma opuesta, que parten del cuerpo del mortero (muñones). Están ornamentadas a relieve. La base en que se apoyan (afuste) también son de bronce y no tienen ruedas.
Cañón: Forma tubular, cuyo diámetro va decreciendo desde la culata hasta la boca, como punto de apoyo presenta dos piezas de forma cilíndrica, colocadas de forma opuesta, que parten del cuerpo del cañón (muñones). Está ornamentada a relieve con Escudos y Blasones del reinado en que fue construido. La cureña, donde se apoya la pieza, es un carro de madera de cuatro ruedas de hierro. Presenta herrajes para sostener su estructura.
Cañón: Forma tubular, cuyo diámetro va decreciendo desde la culata hasta la boca, como punto de apoyo presenta 2 piezas de forma cilíndrica, colocadas de forma opuesta, que parten del cuerpo del cañón (muñones). Está ornamentada a relieve con Escudos y Blasones del reinado en que fue construido. La cureña, donde se apoya la pieza, es un carro de madera de cuatros ruedas de hierro. Presenta herrajes para sostener su estructura.
Pieza de artillería de los siglos XV-XVIII. Es de un solo cuerpo, sin adornos y labor tosca. Es alargada con respecto al calibre. No tiene muñonez de ánima lisa.
Cañones empotrados en el arrecife en la explanada del Castillo de San Salvador de la Punta. Sirvió para amarrar las cadenas que cerraban el puerto en 1762.