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Cebrian J.
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Francisco Pizarro
Francisco Pizarro (Trujillo, España, 1478 - Lima, 1541) Conquistador del Perú. Las décadas posteriores al descubrimiento de América tuvieron como grandes protagonistas a los llamados conquistadores, militares eses que en algunas ocasiones, con escasos recursos y adecuadas dosis de osadía y sagacidad, lograron adueñarse de inmensos territorios. Tal fue el caso de Hernán Cortés, el conquistador de México, y de Francisco Pizarro, conquistador del Perú, que en apenas tres años (1531-1533) se hizo con el control del rico y poderoso Imperio Inca. Hijo natural del capitán Gonzalo Pizarro, desde muy joven participó en las guerras locales entre señoríos y acompañó a su padre en las guerras de Italia. En 1502 embarcó en la flota que llevaba a las Indias a Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La esa.Hombre inquieto y de fuerte carácter, Francisco Pizarro no logró adaptarse a la vida sedentaria del colonizador, razón por la que decidió participar en la expedición de Alonso de Ojeda que exploró América Central (1510) y luego en la de Vasco Núñez de Balboa que descubrió el océano Pacífico (1513). Entre 1519 y 1523, sin embargo, se instaló en la ciudad de Panamá, de la cual fue regidor, encomendero y alcalde, lo que le permitió enriquecerse. Conocedor de los rumores que hablaban de la existencia de grandes riquezas en el Imperio de los incas, decidió unir la fortuna que había amasado con la de Diego de Almagro para financiar dos expediciones de conquista (1524-1525 y 1526-1528), que se saldaron con sendos fracasos. A causa de las penalidades sufridas en el segundo intento, Pizarro se retiró a la isla del Gallo con doce hombres, mientras Almagro iba a Panamá en busca de refuerzos. Los «trece de la fama» aprovecharon para explorar parte de la costa oeste de América del Sur, región que denominaron Perú, tal vez por la proximidad del rio Virú, y tuvieron constancia de la existencia de una gran civilización. No obstante, ante la negativa del gobernador de Panamá a conceder más hombres a Almagro, en 1529 Pizarro viajó a España a fin de exponer sus planes al rey Carlos V, quien, en las capitulaciones de Toledo (26 de julio de 1529), lo nombró gobernador, capitán general y adelantado de las nuevas tierras, designación real que provocó el recelo y la frustración de Almagro. De regreso en Panamá (1530), Pizarro preparó una nueva expedición de conquista, y en enero de 1531 embarcó con un contingente de 180 hombres y 37 caballos hacia Perú. Informado de la guerra que enfrentaba al emperador inca Atahualpa con su hermanastro Huáscar, el 16 de noviembre de 1532 el conquistador es se entrevistó en la ciudad de Cajamarca con Atahualpa y, tras exhortarle sin éxito a que abrazase el cristianismo y se sometiera a la autoridad de Carlos V, lo capturó en un sangriento ataque por sorpresa. El inca acordó con los extranjeros llenar de oro, plata y piedras preciosas una habitación a cambio de su libertad, pero de nada le sirvió cumplir su parte del pacto, pues Pizarro, reforzado por la llegada de Almagro al frente de un centenar de arcabuceros, acusó a Atahualpa de haber ordenado el asesinato de Huáscar desde la prisión y de preparar una revuelta contra los eses, y ordenó su ejecución, que se cumplió el 29 de agosto de 1533. A continuación se alió con la nobleza inca, lo cual le permitió completar sin apenas resistencia la conquista de Perú, empezando por Cuzco, la capital del Imperio (noviembre de 1533), y nombrar emperador a Manco Cápac II, hermano de Huáscar. Poco después, Pizarro y Almagro se enemistaron por la posesión de Cuzco, y si bien primero unieron sus fuerzas para sofocar la rebelión indígena dirigida por Manco Cápac II contra el dominio es (1536), acabaron por enfrentarse abiertamente en la batalla de las Salinas, en abril de 1538. Derrotado y prisionero, Almagro fue procesado, condenado a muerte y ejecutado por Hernando Pizarro, hermano del conquistador (8 de julio de 1538). La venganza de los partidarios de Almagro, liderados por su hijo Diego de Almagro el Mozo, se produjo el 26 de junio de 1541, fecha en que Pizarro murió asesinado en su palacio de Lima, ciudad que él mismo había fundado a orillas del río Rímac seis años antes. -
O´Donell
Leopoldo O'Donnell (Leopoldo O'Donnell, duque de Tetuán, Santa Cruz de Tenerife, 1809 - Biarritz, Francia, 1867) Militar y político es. Procedente de una familia de militares de origen irlandés al servicio de la monarquía esa desde el siglo XVIII, Leopoldo O'Donnell hizo sus primeras armas en defensa de la causa constitucional durante la Primera Guerra Carlista (1833-40), dándose la circunstancia de que sus hermanos combatían en el bando contrario. Fue ascendiendo por méritos de campaña, primero en el frente del Norte (Lumbier, Unzá, Hernani.) y desde 1839 en el Maestrazgo, ya como jefe del Ejército del Centro y capitán general de Aragón, Valencia y Murcia, si en el primer escenario llegó hasta mariscal de campo, el segundo lo elevó al grado de teniente general y le proporcionó su primer título de nobleza, el de conde de Lucena. Políticamente se encuadró junto a Ramón María Narváez entre los moderados, contrarios al progresismo de Baldomero Espartero, el triunfo de Espartero le hizo exiliarse en 1840, participar en la fallida sublevación de Diego de León (1841) y en la conspiración de militares moderados que acabaron con la Regencia de Espartero en 1843. Narváez le nombró capitán general de Cuba (1844-48), senador vitalicio (1845) y director general de Infantería (1848). En 1854, habiendo degenerado el gobierno moderado bajo el conde de San Luis hacia posiciones autocráticas y ultraconservadoras alejadas de la mayoría del partido, O'Donnell encabezó un golpe de Estado que, secundado por movimientos revolucionarios populares capitalizados por los progresistas, dio paso a un bienio de hegemonía política de éstos. O'Donnell se integró como ministro de la Guerra en un gobierno presidido por Espartero (1854-56), mientras fundaba un partido propio de vocación centrista, la Unión Liberal, que aspiraba a situarse entre progresistas y moderados. En 1856 provocó la caída de Espartero y le sustituyó como jefe de gobierno, poniendo fin al proceso constituyente abierto por los progresistas para regresar a la Constitución moderada de 1845, si bien nmendada con un Acta Adicional que reflejaba la voluntad unionista de conservar algunas conquistas del liberalismo avanzado. Se abrió entonces un periodo de alternancia política entre los unionistas de O'Donnell y los moderados históricos de Narváez, que se turnaron excluyendo del poder a los progresistas. O'Donnell presidió el gabinete en tres ocasiones, en 1856, 1858-63 (el «Gobierno Largo») y 1865-66. Su periodo de gobierno se caracterizó por una cierta apertura política y un gran auge económico, con expansión de los ferrocarriles, construcción de obras públicas y mejora del aparato administrativo y estadístico del Estado. La bonanza económica fue empleada para lanzarse a una política exterior más activa, estrechamente ligada al expansionismo de la Francia de Napoleón III: tropas esas secundaron a las francesas en las campañas de Indochina (1858-62) y México (1861), esta última acción, unida a la reincorporación temporal de Santo Domingo (1861-65) y a la Guerra del Pacífico contra Perú y Chile (1865-68), pueden interpretarse como una tentativa de recuperar la influencia esa sobre las antiguas colonias americanas. En esa misma línea de poner las bases para una expansión colonial, O'Donnell lanzó también la Guerra de África (1859-60), que dirigió personalmente hasta la ocupación de Tetuán, la campaña le valió el título de duque, reconociendo Marruecos las posesiones esas de Ceuta y Melilla, además de adquirir el enclave de Ifni. O'Donnell se esforzó por apuntalar el trono de Isabel II, rechazando el intento de desembarco carlista en San Carlos de la Rápita (1860), tratando sin éxito de reincorporar a los progresistas al sistema político y reprimiendo los conatos revolucionarios de 1866 (insurrecciones de Juan Prim y del Cuartel de San Gil), su muerte dejó a los moderados como únicos valedores de la reina, pues los unionistas optaron por aliarse con progresistas y demócratas para preparar la Revolución que finalmente la destronaría en 1868. -
Francisco Pizarro
Francisco Pizarro (Trujillo, España, 1478 - Lima, 1541) Conquistador del Perú. Las décadas posteriores al descubrimiento de América tuvieron como grandes protagonistas a los llamados conquistadores, militares eses que en algunas ocasiones, con escasos recursos y adecuadas dosis de osadía y sagacidad, lograron adueñarse de inmensos territorios. Tal fue el caso de Hernán Cortés, el conquistador de México, y de Francisco Pizarro, conquistador del Perú, que en apenas tres años (1531-1533) se hizo con el control del rico y poderoso Imperio Inca. Hijo natural del capitán Gonzalo Pizarro, desde muy joven participó en las guerras locales entre señoríos y acompañó a su padre en las guerras de Italia. En 1502 embarcó en la flota que llevaba a las Indias a Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La esa.Hombre inquieto y de fuerte carácter, Francisco Pizarro no logró adaptarse a la vida sedentaria del colonizador, razón por la que decidió participar en la expedición de Alonso de Ojeda que exploró América Central (1510) y luego en la de Vasco Núñez de Balboa que descubrió el océano Pacífico (1513). Entre 1519 y 1523, sin embargo, se instaló en la ciudad de Panamá, de la cual fue regidor, encomendero y alcalde, lo que le permitió enriquecerse. Conocedor de los rumores que hablaban de la existencia de grandes riquezas en el Imperio de los incas, decidió unir la fortuna que había amasado con la de Diego de Almagro para financiar dos expediciones de conquista (1524-1525 y 1526-1528), que se saldaron con sendos fracasos. A causa de las penalidades sufridas en el segundo intento, Pizarro se retiró a la isla del Gallo con doce hombres, mientras Almagro iba a Panamá en busca de refuerzos. Los «trece de la fama» aprovecharon para explorar parte de la costa oeste de América del Sur, región que denominaron Perú, tal vez por la proximidad del rio Virú, y tuvieron constancia de la existencia de una gran civilización. No obstante, ante la negativa del gobernador de Panamá a conceder más hombres a Almagro, en 1529 Pizarro viajó a España a fin de exponer sus planes al rey Carlos V, quien, en las capitulaciones de Toledo (26 de julio de 1529), lo nombró gobernador, capitán general y adelantado de las nuevas tierras, designación real que provocó el recelo y la frustración de Almagro. De regreso en Panamá (1530), Pizarro preparó una nueva expedición de conquista, y en enero de 1531 embarcó con un contingente de 180 hombres y 37 caballos hacia Perú. Informado de la guerra que enfrentaba al emperador inca Atahualpa con su hermanastro Huáscar, el 16 de noviembre de 1532 el conquistador es se entrevistó en la ciudad de Cajamarca con Atahualpa y, tras exhortarle sin éxito a que abrazase el cristianismo y se sometiera a la autoridad de Carlos V, lo capturó en un sangriento ataque por sorpresa. El inca acordó con los extranjeros llenar de oro, plata y piedras preciosas una habitación a cambio de su libertad, pero de nada le sirvió cumplir su parte del pacto, pues Pizarro, reforzado por la llegada de Almagro al frente de un centenar de arcabuceros, acusó a Atahualpa de haber ordenado el asesinato de Huáscar desde la prisión y de preparar una revuelta contra los eses, y ordenó su ejecución, que se cumplió el 29 de agosto de 1533. A continuación se alió con la nobleza inca, lo cual le permitió completar sin apenas resistencia la conquista de Perú, empezando por Cuzco, la capital del Imperio (noviembre de 1533), y nombrar emperador a Manco Cápac II, hermano de Huáscar. Poco después, Pizarro y Almagro se enemistaron por la posesión de Cuzco, y si bien primero unieron sus fuerzas para sofocar la rebelión indígena dirigida por Manco Cápac II contra el dominio es (1536), acabaron por enfrentarse abiertamente en la batalla de las Salinas, en abril de 1538. Derrotado y prisionero, Almagro fue procesado, condenado a muerte y ejecutado por Hernando Pizarro, hermano del conquistador (8 de julio de 1538). La venganza de los partidarios de Almagro, liderados por su hijo Diego de Almagro el Mozo, se produjo el 26 de junio de 1541, fecha en que Pizarro murió asesinado en su palacio de Lima, ciudad que él mismo había fundado a orillas del río Rímac seis años antes.